No me digáis que no estoy "salá" en esta foto.
Este patito del zoo me quería picar y me hacía cosquillas.
Como ya soy mayor puedo comer perritos calientes. ¡Estaba buenísimo!
Después de patear por un parque en Pinto me senté un ratito a descansar.
Me llevo muy bien con el gato del primo de mamá, me deja acariciarle y no me araña.
Así es la cocina de los abuelos de la casa de Hinojal.
Cada vez es más difícil hacerme una foto pero de vez en cuando hasta salgo sonriendo.
Antes mis papis me sujetaban, pero ahora me empujan y me quedo sola.
...no me olvido de cepillarme los dientes con poca "pastita" y mucha "agüita".
En esta piscinita no puedo hacer largos pero me lo paso genial dándome un chapuzón y bañando a mi muñecos.
Para mi cumple me regalaron un maletín de médico. Cuando me pongo las gafas, soy la doctora Judith y te puedo tomar la tensión o escuchar el corazón.
Esta es una de las estatuas del retiro y por una vez salgo quieta como si yo fuera otra.